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Justice League: El crossover prematuro de DC


Por: Atilio Flores

Calificación: 3/5

La Liga de la Justicia se ha formado, después de muchos contratiempos que implicaba reunir a todos los personajes en un sólo crossover, llegan para luchar contra la invasión que Steppenwolf planea realizar a la Tierra en busca de las “cajas madre” y, crear así, un nuevo orden de los dioses y la extensión de su reinado de terror por el universo. Tras lograr un éxito con la película de Wonder Woman a inicios de este año, las esperanzas de que DC comics y Warner Bros comenzarían a posicionarse con buenas historias incrementaron,  -o qué por lo menos conectaran con la mayoría de los amantes del cómic y del género de superhéroes en la pantalla grande con personajes humanizados que permitieran identificarse con ellos-, trayendo consigo a la Liga de la Justicia en una historia tambaleante, que por momentos parece interesante, pero por otros, desastrosa. En esta ocasión vemos a los demás miembros de la Liga: Aquaman (Jason Momoa), Flash (Ezra Miller) y Cyborg (Ray Fisher), quienes fueron levemente mencionados en el Amanecer de la Justicia en 2016; película de la cual nos presentaron solamente a tres de sus personajes iniciales: Superman (Henry Cavil), Batman (Ben Affleck) y Wonder Woman (Gal Gadot) convergiendo para luchar contra Doomsday.

Sin embargo, ante el panorama que pintaba DC, con la construcción de una trama que vinculará en gran manera a su basto universo de héroes, precipitó historias que necesitaban más tiempo para desarrollarlas en una reunión de ese tipo para 2016 a escasos tres años del nacimiento de su universo extendido, tal como vimos con Batman vs Superman y Escuadrón Suicida, volviendo este año a surgir la inquietante pregunta de saber si lo lograría con esta entrega. El desarrollo de la historia logra su cometido evitando desarrollar una trama compleja, tal como lo intentó hacer Dawn of Justice, sirviendo el enfrentarse contra Steppenwolf (Ciarán Hinds) como la excusa perfecta para unir a los miembros de la Liga; no obstante, a medida nos adentramos en la historia vemos que adolece de muchos factores que generan situaciones que van en detrimento de las emociones que trata de vincular, tales como son las escenas que sirven de preámbulo para el desarrollo de los momentos de acción y tensión dentro del filme. Vemos en primera instancia a las amazonas defender “las cajas madres” de forma épica, las cuales dejan en éxtasis rotundo en como lo hacen, levantando la expectación de que si su batalla fue sorprendente, lo que vendría sería increíble…

No obstante… luego nos presentan a los atlantes perdiendo su caja madre en una batalla simple y sonsa en que se esperaban mayores retos al presentarse un nuevo mundo subacuático, para remitirnos a un enfrentamiento mínimo por parte de Mera y Aquaman contra Steppenwolf concluyendo con un discurso que no implica la trascendencia de perder las cajas, sino más bien en como la relación de Aquaman con Atlantis se vienen abajo; y en un tercer lugar, tenemos el robo de última caja de la forma más tonta, la cual literalmente ocurre cuando todos los miembros están distraídos. ¿Es esto de lo que quieren que nos sorprendamos?, es algo lamentable. Otro de los errores principales que comete DC es creer que por el hecho de que los personajes ya son bastante conocidos a través de las series animadas y los cómics, el mundo entero no necesita conocer el origen de un personaje que arroja en el filme. Si bien nos han adentrado poco a poco con diálogos de referencia desde Batman y Superman sobre la existencia de los “metahumanos”, no existe un factor de empatía que conecte a los espectadores con la caracterización que visualiza el director y/o la compañía sobre dicho personaje. Siendo para el caso, los personajes de Flash interpretado por Ezra Miller y Aquaman de Jason Mamoa, los que sufren de este factor, ya que el espectador no puede entablar un vínculo con el personaje para comprender la razón de ser que presenta de sí mismo, sus actitudes y comportamientos, así como también su posición en el mundo que trata de defender; algo muy esencial que hubiese sido preferible antes de su introducción abrupta, es haberle dado su momento de brillar por si mismos con una película de orígenes, tal como funcionó a la perfección Wonder Woman y El Hombre de Acero.

Por otra parte, nos encontramos con otro personaje que entraña bastante protagonismo, pese a que no tenía como tal una película individual, y es el de Cyborg, interpretado por Ray Fisher, quien nos introduce en cierta medida a su mundo a través de la conexión con las cajas madres que le mantienen con vida, lo cual hasta cierto grado es bastante bueno, aunque peca del mismo hecho: no nos introduce su versión humana, un antes que nos encaré a la personalidad que presenta actualmente el personaje; pese a que según ciertas escenas y declaraciones que han salido a la luz, muestran que el guión inicial cubría a la perfección este hecho. Gal Gadot nuevamente conquista con cada toma del filme, ella en sí podría sostener toda la película y lo lograría, no tiene que convencernos de nada, ella lo ha logrado desde su propia película, con su carisma y humanismo que lo impregna con cada fibra de su ser, tratando en esta ocasión de mantener su postura de liderazgo junto a Bruce Wayne para formar al equipo. Henry Cavil en esta ocasión encarna a un Superman que “sonríe” y es capaz de socializar muy bien con el resto del equipo, lo cual se siente forzado, tal como el hecho que vimos en Batman vs Superman, cuando Batman le dice a Marta Kent: “Señora soy amigo de su hijo”, cuando no tenía ni cinco minutos de haber planeado matarlo, ¿Sobre qué cimentamos la amistad en nuestros días?

No está mal que Superman socialice, pero no se siente esa empatía de que él siempre estuvo ahí como para mantener ese nivel de compinche de aventuras cuando en su desarrollo y relaciones no llevan ni dos minutos de intercambiar escenas de acción y ni mantener ninguna conversación que sustente las acciones que están realizando ante un equipo que desconoce; pese a ello, la interacción del resto del equipo, se mantiene en momentos caótica por otros fluctuantemente bien, y es porque las personalidades permiten esa fricción, la del neurótico flash, del insociable Aquaman, la dulce Wonder Woman y el misántropo Batman. Un punto criticable dentro de la cinta es la figura que tratan de otorgarle al Hombre de Acero, como el “magnánimo” superhéroe que sin él no podrían solventar salvar al mundo; además de colocar la forma en que lo ven como que si estuviesen flipando sólo con escuchar su nombre, lo cual le resta importancia a los demás personajes y habilidades que tienen. En cuando a la construcción del villano, más allá de su diseño corporal que en ciertas escenas parecía demasiado computarizado, por momentos resuelve como un enemigo formidable que nadie puede contra él, por otros es fácilmente predecible, a lo cual se suma el factor que no deja claro cuál es su propósito dentro de su relación con Darkseid más que ser un sirviente de las cajas “madre”, valiendo nada más que una excusa para que la Liga se forme, sin darle un sentido a su existencia y su papel de recolector, una evolución 2.0 de Enchantress de Escuadrón Suicida.

Sin embargo, las escenas de acción cuando las mantienen son formidables, las cuales logran compaginar muy bien las habilidades de los personajes, no obstante, aquellas escenas que son netamente artísticas gracias a Zack Snyder, de las cuales muchas se pierden al unísono con las texturas del CGI y su debilidad de presentarnos escenas de acción que transcurren casi siempre en espacios oscuros con una paleta de colores fría. A DC cómics le hace falta mucho por recorrer y tratar de pararse al mismo nivel de Marvel con producciones así para el poco tiempo que tiene, por lo que en definitiva le harán pasar por malos momentos. Lejos de comparar el trabajo de una productora sobre otra, porque Marvel también comete errores, y muchas veces abismales, debería de enfocarse en construir con buenas bases lo que sigue a continuación en su universo extendido, en vez de arrojar a sus personajes directamente en una ensalada de explosiones, que terminen por hundir y cansar el género de superhéroes, sin nada que apueste a crear nuevos niveles que no sean predecibles.

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