Calificación: 3/5
Por: Atilio Flores
Las adaptaciones cinematográficas por parte de los vídeo juegos siguen tratando de tomar vuelo dentro del mercado de la fantasía y la ciencia ficción. Sin embargo, muchas veces no logra darle un total impulso que motive a la industria a seguir apostándole a este género.
La diversidad de temáticas de los juegos de vídeos por muy rara o superflua que parezca, no deja de ser un elemento significativo que apueste a ser la siguiente entrega de las salas de cine. Es así como lograron salir en los últimos años: El Príncipe de Persia, Angry Birds, Warcraft, y como era de esperar Assassin's Creed.
Assassin's Creed en esta ocasión es retomado por Michael Fassbender, quien a parte de ser el productor de esta primera entrega, protagoniza el rol principal de Calum Lynch / Aguilar de Nerja, un descendiente de la orden de los asesinos en tiempos de la inquisición española, quienes se encargaban de proteger el secreto de la herencia y la violencia: “el fruto del edén”, antes de que caiga en manos de los caballeros templarios.
La trama en general resulta muy atractiva, viajes subconscientes al pasado para tratar de descubrir enigmas y proteger la historia es bastante creativo, no obstante, el error en el que caen estas adaptaciones -y por desgracia casi todas- es que no logran de darle un verdadero desarrollo a sus personajes. A su vez, ello conlleva a tratar de condensar un discurso narrativo lleno de mucho folclore y expresividad que al momento de trasladarlo a la pantalla grande es poco convincente, y no logra rellenar las expectativas o, mejor dicho, narrarnos una buena la historia, volviéndola lenta en su discurso y tediosa de comprender.
La actuación por parte de Fassbender, a parte de ser plana y sobre actuada, no logra darle un toque carismático al personaje con el cual podamos sentirnos identificados. Al igual que esta vez, la belleza de Marrion Cotillard no le valió de mucho dentro del desarrollo titubeante de la trama, además de la irrelevante presencia de Jeremy Irons como la mente detrás de Abstergo.
En cuanto a los efectos especiales, no hay un despliegue de situaciones que lleven a forzar las escenas de acción. Los elementos de artes marciales, así como también del parkour y las acrobacias son bastante similares a las del Príncipe de Persia en 2009, aunque con un mejor desarrollo que ésta. Mientras que la recreación de la España inquisitora esta bien lograda en su arquitectura entre lo lúgubre marcado de religiosidad de la época.
En cuanto a creación del Animus dentro del filme, no logra darle la credibilidad suficiente entorno a las acrobacias que los asesinos tienen en el mundo medieval, puesto que, cualquier pirueta desde el inicio pudo significar el fin de la máquina por la complejidad de la flexibilidad humana. Además de ello, guarda demasiada similitud con lo ya antes visto en Matrix y los tentáculos del famoso Dr. Octopus de Sam Raimi en Spiderman 2, en cuanto a la inserción nerviosa de los mismos a través de la columna vertebral.
Similarmente, el desenlace de la historia, pese a que marca una secuela, no da una seguridad por parte de la orden de los templarios como una orden que influya el respeto que ha promulgado en los últimos siglos, así como de la escasa acción que preveía todo lo contrario, conllevando a una decepción total por parte de todos entre la confusión del personaje de Cotillard.
En conclusión, el filme de Justin Kurzel, se queda como un extenso prólogo de vídeo juego que puedo explotar de mejor manera, como por ejemplo, la riqueza cultural que cada orden, tanto de los asesinos como de los templarios, otorgándole a la película un plus para comprender de mejor forma su historia y maravillarnos dentro de la fantasía del credo de los asesinos.
Puedes leer la siguiente nota previa de Assassin's Creed elaborada para Diario El Mundo:
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