Por: Atilio Flores
Calificación: 4/5
Desde el mismo origen de la humanidad, presagiar el apocalipsis ha estado a la orden del día. Estos hechos distópicos, fomentados principalmente por aquellos que cimentan la base de teorías conspirativas, abonan a la cultura del miedo y que como evolución desencanta en el folclore de las sociedades modernas y los «fake news» o noticias falsas. «No mires arriba» es eso, nuestra predisposición a reír por no llorar.
El director y guionista Adam McKay apuesta nuevamente a una comedia que presenta a Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), una estudiante de posgrado de astronomía, y su profesor, el doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), quienes hacen un descubrimiento tan asombroso como terrorífico: un enorme cometa lleva un rumbo de colisión directa con la Tierra. Su misión: advertir a todos antes de que sea tarde.
Pecando de profetas en su tierra, como era de esperarse, la revelación termina siendo tomada por todos como una broma, y es el calvario de los protagonistas por «hacer ver a los que no quieren ver» lo que desencadena una serie de situaciones que, por hilarantes que parezcan, nos van sumergiendo en una caricatura que parece más verdad que mentira conforme la relacionamos con nuestra realidad.
McKay arroja una crítica mordaz con esta cinta a la creciente humanidad que se decanta por conseguir una foto, un video, un «like» y exponerlo en las redes que preocuparse propiamente por la vida, donde la exposición mediática camina bajo la constante de parecer el pan diario en nuestras vidas y el internet.
Con esta cinta, su director y guionista plantea una tesis que pareciera que va tomando vigencia en el mundo contemporáneo y que hace reflexionar sobre el papel de aquellos de los que depende la guía misma de la humanidad, criticando al sistema mundial en temas políticos, mediáticos y sociales que marcan la búsqueda insaciable por figurar en la palestra pública y la cultura «mainstream».
«No mires arriba» afila sus dientes para reflejar no solo el lado oscuro y preconcebido que se tiene sobre los temas mencionados, sino que parte también de una acuciosa mirada desde la agonía científica y conspirativa de aquello que puede literalmente conducirnos a nuestra extinción como humanidad, algo que reflejan muy bien Lawrence y DiCaprio como sus protagonistas.
Esta película por su tono hilarante y con sus actores corales contemporáneos de la talla de Meryl Streep, Jonah Hill, Cate Blanchett y Timothée Chalamet no deja de recordar a la película de Tim Burton de «Mars Attacks», de 1996, en la cual extraterrestres llegan a la Tierra para conquistarla. Aquella historia jugaba un papel casi similar en el sentir de la humanidad frente a la llegada de estos seres que solo buscaban la destrucción y que nos van barajando el reflejo de los mismos temas.
Este asteroide que destruye a la humanidad solo es un «macguffin» en la ecuación de Mckay, ya que perfectamente puede ser cualquier tema de actualidad que involucre una escala masiva y que traiga consigo no solo la conspiración de unos pocos o que desate el caos en la Tierra a nivel mundial.
De forma similar, el personaje de DiCaprio nos hace reflexionar sobre el punto en donde los deseos de obtener notoriedad nos pueden arrastrar a perder el razonamiento lógico y cruzar la frágil línea hacia la fanfarronería y la insensatez. Al igual que la forma caricaturesca con que se maneja la situación global en torno a buscar el mejor beneficio de un catastrófico evento, mientras se les dice a las masas que «todo estará bien» si no miran hacia arriba.
Con cada poro, este celuloide satiriza sobre la sociedad moderna y es alimentada por las ridiculeces a las que hemos llegado y que, aunque estemos al borde de un inminente final, nos jactamos de decir que somos la especie dominante sobre el planeta, pero que, desgraciadamente, carecemos muchas veces del sentido común frente al alarmismo.
Esta crítica fue publciada por el autor en «La Claqueta» de Diario El Salvador el miércoles 02-03-2022.
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